domingo, 11 de octubre de 2009

Este blog siempre se ha manifestado en favor del trabajo honesto en el fútbol, y por tanto del Sevilla FC. Así sus éxitos. Hoy otros lo dicen igual.




AS

Por Óscar García

En el fútbol, al éxito se puede llegar por diversos caminos. Uno de ellos es a través del dinero, camino que conduce a un éxito efímero, artificial, engañoso, ficticio. Otra opción es intentar alcanzar el éxito por el trabajo. Un camino más largo y complicado, pero más seguro y duradero. Ni el dinero ni el trabajo garantizan resultados, pero a largo plazo quienes optan por la segunda vía suelen obtener recompensa a ese esfuerzo. El Sevilla es uno de estos clubes.

El Sevilla vive de comprar barato y vender caro. Ficha bien y traspasa mejor, algo que Real Madrid y Barcelona rara vez consiguen. Es el peaje que deben pagar por ser quienes son y que les obliga a comprar caro y vender barato, cuando no a regalar. El Sevilla, instalado en un segundo plano económico y mediático, que no deportivo, sabe manejarse en el mercado con una inteligencia absoluta, con coherencia y sabiduría. Procura no derrochar el dinero, ni malgastarlo en operaciones extrañas. Se equivoca, naturalmente, porque no todos los fichajes pueden salir bien, pero el número de aciertos supera al de los errores. Es la consecuencia del trabajo bien hecho. O simplemente la consecuencia del trabajo.

Se fueron estrellas y entrenadores y lo que algunos entendieron que no era más que el inicio del declive, no fue más que la consecuencia lógica en la vida de un club que ve en los traspasos de sus futbolistas más cotizados una oportunidad para crecer. Con cada traspaso, el Sevilla ha logrado mejorar su economía y su plantilla. Una vez puede ser casualidad, pero cuando se convierte en costumbre sólo puede ser porque se trabaja bien.




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